lunes, 27 de febrero de 2017

Pediatra en Toulouse

Eliot se hizo una brecha en la ceja una semana antes de llegar. Le pusieron tres puntos y cuando llegamos aquí tuve que buscar a alguien que se los quitara.

Me aconsejaron una pediatra en el pueblo donde vivimos. La prima de un amigo llevaba ahí  a sus hijos.

Llegamos, una mujer mulata, a mí me recordaba a Whitney Houston, muy delgadita y ya te sorprende que vaya vestida sin bata. Con vestido y tacones. Se dirigió a Eliot como si yo no estuviera. Intentando hablar con el en español. Y se entendían...😅

Yo estaba asustada, porque la verdad es que en Madrid cuando le cosieron los puntos fué lo más parecido a una matanza de un cerdito ..horrible... y respeto 0. Muy mal. 😪

En este caso. La pediatra se lo ganó, haciendole pedorretas, hablándole de tú a tú, y con un ambiente relajado. Ya la consulta parece una casa, de lo más acogedor, con marionetas y cuentos por todos lados. Y la sala de espera muy acogedora también. Eliot, se dejó hacer, se convenció. Y antes de quitarle el segundo punto le dijo la medica " uno más y terminamos" y al acabar... no había acabado...y me miró como diciendo" la he liado" Eliot ya se había convencido y había aguantado el tirón dosificando su paciencia hasta que dijo que se terminó.

Al no acabar, la doctora le dijo que no había acabado que si podía quitarle el último, el niño dijo que no. Y ella le respetó... me dijo que fuéramos al dia siguiente.. aluciné...incluso yo le dije que se lo quitara aunque sea forzándole un poco.. y me dijo que nanai, que el niño tenía razón... y que mejor fuéramos al dia siguiente, que si lo hacia, Eliot no iba a confiar nunca más en ella, y no quería  eso..

Al dia siguiente fuimos y fue rapidísimo y sin nada de tension.

A este respeto es al que yo me refiero cuando hablo del sur de Francia. Y se palpa... nada mas llegar.  Eliot está encantado con su pediatra. El otro día me dijo que quería ir a verla para darle un beso. Ojalá no tenga que volver en mucho tiempo, pero si vuelve, estará encantado.


viernes, 24 de febrero de 2017

Vuelta a Toulouse

La vida es bella, la vida es magia. Hemos pasado 5 años de infierno, no todo ha sido malo, pero el 80% de esos años han sido angustiosos, desesperantes, en un pozo sin fondo y donde a penas se veía la Luz. Claro que esa oscuridad lo único que nos ha hecho es más fuertes, más unidos y cuando ya por fin se acaba todo de un frenazo, así sin más, de la noche a la mañana, nos encontramos con todas nuestras expectativas a corto plazo realizadas. Maravilloso, fabuloso..

Nosotros vivimos en Toulouse los 5 mejores años de nuestras vidas hasta que nació Gala. Después de ahí, todo hna sido baches, y más baches... hasta que hemos agarrado bien fuerte nuestras manos y hemos cerrado los ojos... y aquí estamos... de vuelta en Toulouse.

No ha sido fácil las dos primeras semanas. Los niños me demandaban mucho. Eliot muy nervioso, y sí, como nos dice Gala, tenemos que entender que tiene 3 años y medio... pero cansa que te demande tanto física y emocionalmente. Cuando estas fisicamente cansada y emocionalmente en un estado como de ensueño, intentando aceptar, en esta ocasión y por fin, todo lo bueno que tenemos. También atendiendo a Gala para que no se desmoronara, que sintiera que, aunque hemos dejado mucho (relaciones que merecen mucho la pena) estamos aquí también muy bien, enseñándole francés y que no se agobie con tanta novedad.

Pero ya, después de dos semanas en nuestro nuevo hogar, siento ganas de volver a coger este blog y poder contar aventuras que me inspiran, todo se va asentando.

Gracias a mi papá que, después de mes y medio ayudándonos en la logística de la mudanza y los niños e instalación de cositas para hacer practico y acogedor nuestro nuevo hogar, se marchó ayer. El mejor padre y abuelo que se pueda tener.

Comienza una gran etapa, que viene pegando fuerte. Con más ganas que nunca de contaros historias, ya que todos mis seres queridos estáis en la distancia, y sé que lo leeréis con amor. Y si ya de paso puedo inspirar o ayudar, pues mejor que mejor.