Hace un mes nació mi segundo hijo, Eliot. Cuando estaba embarazada pensaba que nadie podía sacar de mi tanta fuerza y amor como lo hacia Gala, pero me equivoqué... Eliot es mi segundo gran maestro. Y es que el pobre es tan bueno, que puedo explotar mis facetas mas creativas mientras le acurruco en mi fular. Me deja pensar, me deja improvisar, me deja crear...
Desde que soy madre, aunque llevo 15 años en mi profesión como animadora infantil y actriz, todo lo enfoco para los niños. Para su bien estar, su felicidad, su creatividad... Será que mi vocación es tan grande que arrastro todo lo que sea para llevarla a cabo... hasta a mis hijos.. pero lo bueno de todo esto, es que me doy cuenta de que se puede compaginar perfectamente e incluso es mucho mejor cuando ellos están.
Gala participa en todos los eventos en los que hago, atiende, ayuda, e incluso a veces mira para atrás
Eliot desde siempre también ha escuchado mis historias dirigidas a otros críos, mis canciones, mis risas, y las de los otros niños... Y cuando hago los talleres para bebés me lo coloco en mi fular y se duerme mientras deja que mis brazos y mi cuerpo se expresen para llegar mejor a los otros bebés...
Así que aqui estoy... predicando la crianza con apego, llevándola a cabo feliz, visualizando mi camino con ellos de la mano... y se cumple...